Llegamos apuradillas, pero llegamos!! Tardamos 2:30h en llegar a Hong Kong (hacíamos escala) y cuando fuimos a coger el vuelo para Shanghai nos tuvieron media horita subidas en el avión y preparadas y nos dicen que nos tenemos que bajar que hay un problema técnico... ¡¡Miedo!! Total que después de estar una horilla esperando a que nos digan que pasa con nuestro vuelo, nos lo retrasan tres horas y nos dan un ticket restaurante para gastarnos en cualquier establecimiento del aeropuerto. ¡¡Mentira!! Ni en el Mc´Donalds, ni en uno de sándwiches, ni en uno de comida occidental así que otra vez comida Vietnamita, muy rica por cierto.
Por fin sale nuestro vuelo y en dos horitas nos plantamos en Shangai. Se nos acercó un chino muy agradable para ofrecernos un taxi, un hotel, un movil chino, de todo y al final nos dejó su propio móvil para llamar a Ara. Quedamos con ella cerquita del Hostel donde nos había reservado para dormir, tan mona!! Y la verdad es que el hostal mejor imposible. Cogimos una habitación de 6 chicas y aunque teníamos los horarios totalmente cambiados con ellas (cuando se levantaban nosotras nos acostábamos, cuando nosotras dormíamos ellas ya llevaban tres horas de turisteo...) estuvimos genial.
Dejamos nuestros famosos 4673Kg de maleta en la habitación y nos fuimos a casa de Euge, una amiga de Anele del Cole Mayor con la que habíamos coincidido en Madrid unas cuantas veces. Allí estuvimos nosotras cuatro con Leonele, Antonant y Pierre. Cervecitas, risas y charla en español pero como estábamos un poquillo cansadas nos fuimos pronto a dormir.
Al día siguiente empezó nuestra ruta de turisteo. Nos fuimos por Nanjing Lu de paseito. La calle estaba muy animadilla, montones de tiendas por todos lados, muchísima gente, nos encontramos con nuestro amigo Bruce Lee de nuevo y vivimos el invierno, ¡¡que frío!!
Llegamos hasta Pudong para ver el río y las vistas de los edificios desde la otra orilla. Volvimos a ser famosoas y nos hicimos fotos con las chinas locas que no paraban de reirse entre nervios y buen rollo. Lo más curioso no es que se quisieran hacer fotos con nosotras, sino que nos agarraban del brazo y nos colocaban donde ellas querían, muy simpáticas la verdad. Aquí teníes las fotos.
Después quedamos con Ara y con Euge para comer en un restaurante Taiwanes. Al final nos juntamos con Luis (español) y Martin (chino), los compis de piso de Ara y un amigo de Luis, David (Nicaraguense).
Después de comer nos fuimos a tomar el café a una zona muy chula de Shanghai, Taikang Road. Se trata de un barrio bohemio, de artistas lleno de tiendecitas, cafeterías, restaurantes... un lugar genial para perderse y tomarse un chocolate caliente sentada en una terraza viendo las luces de Navidad.
Acabamos la noche en el hostal con Ara y los franceses bebiendonos unas cerves y planificando nuestra ruta del día siguiente. La cosa no se nos fué demasiado de las manos pero estuvo muy bien.
El día de turismo se conviertió en día casero. llovió todo el tiempo e hizo un frío tremendo! Así que decidimos poner una lavadora, desayunar como dios manda y hacer el blog... nos salió todo del revés... La lavadora. Ese gran desconocido. Estábamos encantadas porque nos salía por sólo 0,80cnt! Pero tuvimos algunos problemillas... Había tres máquinas, dos lavadoras y una secadora. Las tres exáctamente iguales con las instrucciones de uso en Chino. Así que a cara o cruz decidimos que era la de arriba, pues justo, la secadora. Esperamos 90 minutos y cuando subimos, la ropa seguía sucia como ella sola pero calentita, calentita. ¡¡Que asco!! Cara o cruz, la de la izquierda, bien!! Otra horita de espera. Nos pusimos con el ordenador, a hablar con los franceses y se nos pasó la hora. Cuatro horas más tarde cuando ya era de noche, hacía un frío que pela y llovía sin parar decidimos ponerla en la secadora. Otros 90 minutillos y ya nos liamos. El caso es que empezamos como a las 12:00h de la mañana y conseguimos terminar sobre las 22:00h... A todo esto, Paty salió corriendo con el portatil, la mochila, la colada y yo que se más en las manos y se cayó al suelo a mi lado y acabo cuatro metros más lejos, que risa! (Por tu historia de la mala suerte Youtube!!!! :)
Aunque ya habíamos cenado una especie de tortita rellena de tortilla, bacon, queso y jamón nos llamó Ara y nos invitó a cenar a su casa así que para allá nos fuimos los cuatro. Paty, Ele, Antonant y Pierre. Preparó una cena riquísima, se lo curró un montón y comimos como reyes. Cervecitas, bailes, charloteo...
Y cuando ya nos volvíamos al hostal nos acordamos de que no habíamos pagado esa noche y nuestra llave electrónica no funcionaba!! Ponte a entenderte a las 06:00h de la mañana con un Chino salido de los mismísimos arrozales, medio frito a explicarle que tu llave no funciona... Al final conseguimos entrar y además servimos de despertador a las del turno de mañana. Al final nos cogimos cariño...
Al día siguiente fuimos al Museo de Arte Moderno... Ya sabemos todos que lo del arte es algo relativo pero allí ni eran modernos ni era arte, eran una panda de tronados que más que museo parecía la casa del terror. El caso es que no se muy bien porque nos atrapó y estuvimos allí como tres horas.
¡¡Esto si que es arte!!
Hicimos un poquito de turisteo con Ara. Nos cogimos el metro y nos salimos de lo que es la ciudad para ver una Pagoda. El día estuvo muy bien pero lo mejor fue que pudiéramos ir las tres juntas.
Paradita en el Bar de Hielo. ¿Porqué no? Si fuera debíamos de estar a 5º bajo cero...
Nos habían hablado de un sitio muy bonito para visitar que se llamaba "La Venecia China", una ciudad llena de canales en los que podías dar un paseito en barca. Íbamos a ir Ara, su compi chino Martin y nosotras dos en el coche de éste pero cuando amanecimos estába nevando, así que pensamos que no era buena idea coger el coche. Decidimos ir al día siguiente todos juntos y en bus.
Así que ese día lo usamos para irnos de compras. Nos fuimos al mercado y aunque vimos algunas cosillas que nos gustaron no eran tan pequeñas como para meterlas en las maletas ni tan grandes como para mandar un paquete. Nos provisionamos de gorros y guantes y a dusfrutar del invierno Chino. Nevado y precioso. De vuelta al hostal nos juntamos con más gente que dormía allí y decidimos irnos todos a cenar a un chino baratísmo y riquísimo. Para que os hagáis una idea pedimos unos veinte platos y salimos a 3€ por cabeza. Nos juntamos los dos franceses, un japones, un inglés, un alemán, un mejicano y dos españolas, ¿¿seguimos el chiste??
Y con las barriguillas llenas nos fuimos de bares. Acabamos en el Windows de copas de coña. Os podéis imaginar, vaso de cumple y dosificador de alcohol. Parecíamos borrachos pidiéndole a la china una copa triple!!
Conocimos a una Chin@, con tetas y bigote, a unos franceses que habían abierto una empresa en China y nos invitaron a varios tequilas a todos para celebrarlo y a una americana encantadora que estaba enamorada de España y viviendo en Sevilla, acabamos jugandos unos billares.
Primero fuimos con Antonant a la calle de la música, tan divertido... de tienda en tienda, tocando todo como los niños pequeños. Primero concierto de trompeta, seguido de piano, guitarra, flauta travesera y trompeta. Antonant acabó comprándose una especie de flauta China muy chula con la que nos estuvo deleitando todo el día, aunque no tenía ni idea de usarla pero no sonaba nada mal.
Por la tarde decidimos irnos a dar un masaje los cinco, sin final feliz que aquí es muy dado, para ver si nos arreglaban el cuerpito. Los masajistas eran ciegos (o eso decían...) y arreglarnos no lo sé pero durante una hora recibimos la paliza gratuita más grande que hemos recibido en nuestra vida, desde la cabeza hasta los pies. ¡¡que dolor!!.
Después de tres días podemos decir que igual nos arreglaron algo pero que nuestra espalda sigue tan chunga como antes. Por la noche nos fuimos los mismos de siempre más tres amgigos de Ara a cenar al restaurante de uno de ellos. Un restaurante ESPAÑOL. Tortilla de patatas, paella, croquetas, huevos rotos con JAMÓN SERRANO!! y nos pusimos... disco, disco, disco, disco; chino, chino, chino, chino; fino, fino, fino... filipiiiiinnooooo!!!
Acabamos en casa de Euge para celebrar nuestra última noche con ella y los franceses. Y al volver a casa además de tener otra vez la llave magnética chunga y de que nos quedában dos horas para coger el vuelo a Pekin, nos planteamos que qué era mejor, si dormir esas dos horillas o irnos de empalmada. Cada una decidió una opción y el resultado fué que nos equivocamos de aeropuertoooooooooooooo!!!
Nos presentamos a las 08:00h de la mañana tarde por supuesto y en la otra punta de la ciudad. Conclusión, el orden de los factores no altera el resultado. Así que nada, tuvimos que pagar un poquillo más y nos fuimos rumbo a Beijin.
Por fin llegamos a Beijin que la verdad es que estábamos agotadas. Nos cogimos un Hostel al lado de La Ciudad Prohibida. Una habitación sólo para nosotras dos para descansar un ratillo y vaya si desacansamos porque nos levantamos para cenar pizza y pasta, vimos una peli y vuelta a la cama.
A la mañana siguiente decidimos cambiarnos de Hostel a otro más barato y con mejor rollo ¡¡pero estaba lleno de chinos!! La verdad es que estaba muy bien, la habitación muy moderna, con un balcón que daba a un jardín chino, muy buen cambio.
Dejamos las maletas y nos fuimos corriendo al metro para ver El Palacio de Verano.
Nada más llegar al metro vimos a un chino encantador que vendía mazorcas de maíz con una pinta buenísima y cuando nos estábamos acercando para comprarle un par, llego un poli chungo, le pegó una patada a la mesita que las aguantaba y empezaron a forzajear uno para cada lado. Al final acabaron la mitad de las mazorcas tiradas por el suelo... una pena.
Total, cogimos el metro, nos bajamos en la parada que nos indicaron para coger el bus Nº 400 y después de recorrernos mil calles, vimos la parada. Contentas como locas, nos subimos y decidimos bajarnos en la última. ¿Porqué? No lo sabemos. ¿En que dirección? No lo sabemos ¿Y dónde acabamos? No lo sabemos pero en El Palacio de Verano... ¡¡ni de coña!!
Aún así decidimos investigar porque a nosotras nos gusta mucho eso de investigar y vimos los grandes lujos que tenía el Emperador... Chabolas, gallinas, cabras. Cuando ya estábamos cansadas de caminar intentamos preguntar a un par de chinos para que nos indicaran y es aquí cuando nos dimos cuenta de que los chinos son bastante... con poca imaginación, digamos. En inglés no nos entendía, en español menos y decidimos jugar a las películas. Imaginaros con gestos "¿Dónde estamos?" y señalando el mapa "¿en este mapa?" Nada, no había manera. Así que decidimos sacar el maravilloso librito de Paty de los símbolos. ¡¡Por fín lo conseguimos!! Y estábamos fuera del mapa...
Vuelta al bus Nº 400, nos bajamos otra vez donde nos dio la gana y nos pusimos a caminar para conocer el ambiente de la ciudad. Encontramos un súper e hicimos una compra en condiciones. Verdura, fruta y nuddles. Estuvimos un montón de horas caminado y llegamos al hostel. La verdad es que no fué un día muy productivo pero el rollo nos gustó.
A la mañana siguiente fuimos a La Plaza de Tian´anmen y vimos el Mausoleo de Mao, tuvimos que hacer una cola larguísima y encima no nos dejaron hacer fotos, pero fué espectacular, parece mentira que después de tanto tiempo la gente le sigue teniendo la misma devoción.
Seguimos caminando hasta llegar a La Ciudad Prohibida. Aquí nos cogimos un audio-guía que nos hablaba en Argentino y tuvimos que ponerlo varias veces porque nos quedábamos medio lelas. (Esto nos dio una idea de lo que nos esperaba en Buenos Aires). Hicimos bien en alquilarlo porque gracias a eso nos quedó todo mucho más claro.
Se trataba del centro del poder de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-911) durante un largo periodo desde 1420 hasta 1912.
Ese complejo de palacios fue bautizado como la "Ciudad Prohibida" porque las personas corrientes no podían entrar sin permisos especiales en aquella época y sólo los cortesanos podían obtener audiencia del emperador.
Al salir entramos en el parque que queda enfrente para ver la ciudad prohibida desde arriba.
Además vimos unos lagos precioso que estaban helados y miles de chinos bailando, bandas de música tocando, distintos coros, gente jugando al jaqui... en fin, cada loco con su tema. Un hombre pintando letras chinas en el suelo con agua, otros leyendo la mano, señoras regalando corazones, intercambiándose cosas y nos hicieron partícipes de todas sus rarezas. Fue una tarde muy extraña, pero llena de momentos curiosos.
Cogimos un bus de vuelta a casa y nos quedamos viendo la vida de lo que fue nuestro barrio.
Nos dejamos lo mejor para el último día y vimos La Gran Muralla China. El camino era bastante pesado para llegar, primero un bus, luego un coche particular, después un telesilla, pero mereció la pena. Sencillamente impresionante. Estuvimos cuatro horas caminando, tres de ellas subiendo escaleras, un palizón que mereció la pena, aunque al día siguiente no podíamos movernos. Hablamos con todas las señoras que vendías cositas en las escaleras y que se hacían el mismo camino que nosotras todos los días del año, hiciese el tiempo que hiciese. Y un grupo de treinta chinos nos adoptó. Nos hicimos fotos con ellos y fueron super divertidos.
Tienen por costumbre gritar con todas sus fuerzas desde los que están más bajos de la muralla, hasta los que están más alto como si fuese eco. Nosotras por supuesto, gritamos con ellos también.
Para bajar, en vez de hacerlo caminando o en el telesilla, nos subimos en un tobogán gigante y en menos de diez minutos ya estábamos abajo.
Al llegar, el mismo conductor que nos había llevado hasta la Muralla, nos estaba esperando, así que nos volvimos con él hasta el hostal.
Esa noche la acabamos cenando una ensalada enorme y viendo unas películas. Pero todo nuestro buen rollo se cortó cuando la niña de "The Ring" (nuestra vecina) llamó como una loca a nuestra habitación para decirnos que estábamos haciendo mucho ruido. Nosotras le respondimos "que se fuera a tomar por culo" de manera elegante, como siempre.
A la mañana siguiente nos fuimos al aeropuerto, esta vez el correcto y fuimos directas a la casa de Ara en Shanghai. Nos ayudó a terminar el visado de Australia, nos quedamos de charleta contando historias y bebiendo unas cerves en su casa.
Nuestro último día en Shanghai fue más tranquilón, nos levantamos tarde, desayunamos y nos pegamos el susto de nuestra vida. ¡¡¡¡¡¡Todas nuestras fotos del viaje habían desaparecido!!!!! Creíamos que era un virus porque la pantalla se había quedado completamente azul y no podíamos hacer nada. Cuando Ara se levantó tocó no se que rollo de la configuración y todo nuestro susto se convirtió en risas.
Fuimos nosotras tres junto con Martin a comer a un Japo, muy rico por cierto y nos llevaron hasta el bus que nos dejaba en el aeropuerto. Nos despedimos con mucha penita, la verdad. Nos hubiera encantado poder haberlos guardado en la maleta y llevarlos con nosotros.
Muchísimas gracias por todo. China a sido mucho mejor con vosotros por allí. Un besazo enorme para Ara, Euge, Leonel, Piere, Antonan, Martin y Luis. ¡¡Nos vemos chicos!!
Qué chulada todo. E impresionante la Gran Muralla...
ResponderEliminarEstáis como regaderas, y ya os vale lo de equivocaros de aeropuerto xD
Molan muchísimo las fotos ;) en concreto la de la hamburguesas GIGAAAANTE!!! xDDDD
Un besazo, Pat! Hablamos ;)